La favorita by Kiera Cass

La favorita by Kiera Cass

autor:Kiera Cass [Cass, Kiera]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Relato, Juvenil, Ciencia ficción, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2015-10-01T04:00:00+00:00


Cuando os despertéis, cambiaos las vendas. Usad el ungüento del frasco. Aplicáoslo con algodones para evitar infecciones e intentad no apretaros mucho las gasas. Las píldoras también os ayudarán. Y descansad. No intentéis salir de esta habitación.

—Carter, tengo unas medicinas —dije, desenroscando el tapón del frasco, procurando usar únicamente la punta de los dedos.

El olor de aquella sustancia algo espesa me recordaba el aloe.

—¿Qué? —dijo él, girándose.

—Hay vendas e instrucciones —dije. Me miré las manos vendadas e intenté pensar en cómo iba a hacerlo.

—Yo te ayudaré —se ofreció Carter, leyéndome el pensamiento.

Sonreí.

—Esto va a ser duro.

—Desde luego —murmuró—. No es exactamente como me imaginaba que me verías desnudo por primera vez.

No pude evitar reírme. Y le quise más aún por eso. En menos de un día me habían azotado y me habían convertido en una Ocho, a la espera de ser exiliada a un lugar desconocido. Y, aun así, me estaba riendo.

¿Qué más podría desear una princesa?

Era imposible calcular el tiempo que había pasado, pero no intentamos llamar a la puerta ni buscar a nadie.

—¿Has pensado adónde nos pueden enviar? —me preguntó Carter. Yo estaba en el suelo, a su lado, pasándole los dedos por el cabello—. Si pudiera escoger, preferiría un sitio donde hiciera calor, en lugar de un sitio frío.

—Yo también tengo la sensación de que será uno de los dos extremos. —Suspiré—. Me da miedo no tener un hogar.

—No lo tengas. Puede que ahora mismo sea un completo inútil, pero puedo cuidar de ti. Incluso sé cómo construir un iglú, si acabamos en un lugar helado.

—¿De verdad?

Asintió.

—Te construiré el iglú más bonito del mundo, Marlee. Todo el mundo estará celoso.

Le besé la cabeza una y otra vez.

—Y no eres inútil, que lo sepas. No es que…

La puerta se abrió de pronto con un crujido. Entraron tres personas con túnicas y capuchas marrones. El miedo me atenazó. Entonces la primera persona se quitó la capucha, mostrando el rostro. Contuve una exclamación y me puse en pie de un salto para abrazar a Maxon, olvidándome una vez más de mis manos y soltando un quejido al sentir el dolor.

—Os curaréis —me prometió Maxon, mientras yo retiraba las manos—. El ungüento tarda unos días en surtir efecto, pero incluso tú, Carter, volverás a caminar por ti mismo muy pronto. Te curarás mucho más rápido que la mayoría.

Maxon se giró hacia las otras dos figuras encapuchadas:

—Estos son Juan Diego y Abril. Hasta ahora trabajaban en el palacio. Ahora vosotros ocuparéis sus puestos. Marlee, si Abril y tú vais a esa esquina, los caballeros y yo nos giraremos mientras os cambiáis las ropas. Toma —dijo, dándome una túnica similar a la de ella—. Tápate con esto para hacerlo más fácil.

—Sí, claro —dije, observando a Abril, que tenía una mirada tímida.

Nos fuimos a un rincón y ella se quitó la falda. Luego me ayudó a ponérmela. Me quité el vestido y se lo pasé a ella.

—Carter, vamos a tener que ponerte unos pantalones. Te ayudaremos a levantarte.

No quise mirar. Intenté no ponerme nerviosa al oír los sonidos que emitía Carter al vestirse.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.